Amor a la camiseta en tiempos modernos: Cuando el sentimiento es mas fuerte que el dinero

Amor a la camiseta en tiempos modernos: Cuando el sentimiento es mas fuerte que el dinero

En tiempos donde el dinero mueve al mundo del fútbol y los colores pasan a segundo plano, existen ejemplos en Chile y el mundo que nos muestran, que la pasión a la camiseta aún sigue viva. (Pagina oficial Cruzados.cl)

En la del fútbol que vivimos en estos días, donde jugadores pasan de un club a otro, donde quien más dinero coloca sobre la mesa se queda con los servicios de los jugadores y donde el amor y compromiso por los colores, es lo que menos importa y la identificación con los clubes es cada vez menor, es así, como en la actualidad, importa más el dinero que el sentimiento a la camiseta que se defiende, este es un fenómeno que se da a nivel global, y nuestro país, no queda ajeno a este fenómeno.

Uno de los ejemplos mas significativos en los últimos meses es el Diego Buonanotte, el jugador extranjero de Universidad Católica más ganador de su historia, quien desde su llegada en el año 2016 ha gritado campeón con la camiseta de la franja en 10 ocasiones, obteniendo seis torneos locales y cuatro Supercopas, y aunque ahora ya el jugador a obtenido la nacionalidad, ya esta en la historia del club por ser uno de los máximos ganadores de títulos y el extranjero más triunfador con la franja. Todo este palmarés hacía pensar que la renovación seria mas expedita entre la directiva y el jugador, pero fue todo lo contrario, un ofrecimiento de sueldo muy por debajo y considerando la perdida de titularidad y en algunos casos sin ser considerado en las citaciones, se pensaría que su estadía en el club finalizaba, sin embargo, pese a la baja en su sueldo, la poca atención de los dirigentes hacia el jugador, y el resto de ofertas que tenia tanto del medio local como extranjero, el opto por los colores y el amor a su actual equipo y se quedó por una temporada más.

El ejemplo del volante Argentino-Chileno es una muestra que cuando encuentras ese lugar, ese club, ese grupo de jugadores que lo sientes como tu familia, donde pesa más el sentimiento que los ceros del cheque a fin de mes nos muestra que aun queda algo de romanticismo en el fútbol, que no todo es marketing y ganancias, también el rendimiento depende de donde te sientes bien y en donde quieres jugar, es así como vemos jugadores que pasan de equipo en equipo sin pena ni gloria y esa andar nómade por distintos clubes y ligas es porque no forman raíces, porque solo lo ven como un simple trabajo y estoy donde paguen mejor, pero ¿a qué costo? Al costo de no trascender, de no dejar un legado, no ser ejemplo para los cadetes de tu club, al final, como todo en la vida, lo que uno siempre espera como fruto de su trabajo, es dejar huella y que otros posteriormente puedan seguir esa ruta creada por uno.

En ese sentido, también tenemos el caso del volante Chileno Carlos Carmona, mundialista Sub-20 en Holanda 2005 y Canadá 2007 y además parte de la selección chilena que participó de los mundiales Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, quizás el fútbol le quedó debiendo una Copa América, pero sus lesiones en ese período le negaron ese premio a su carrera. Carmona debutó en el año 2005 con la camiseta de Coquimbo Unido, obteniendo el subcampeonato del torneo de apertura de ese mismo año cuando se disputaban torneos con la modalidad playoff, cayendo ante Unión Española, ese mismo año disputaría su primer mundial, lo que sería el inicio de una extensa y exitosa carrera, y ya en los descuentos de su trayectoria, luego de su retorno al balompié nacional defendiendo la camiseta de Colo Colo y pudiendo retirarse u optar por una última aventura en el extranjero volvió a su cuna futbolística, a Coquimbo Unido en la temporada 2021 cuando el equipo disputaba la Primera B, es así como logró devolver al equipo que lo formó a la división de honor y considerando su edad y problemas físicos, decidido que era el momento y al término de la temporada anuncio su retiro, siendo así su etapa de finalización, Coquimbo Unido, quizás, para el ex mediocampista pirata hubiese sido más sencillo finalizar antes y no exponer más su físico, pero el amor a su tierra y su equipo formativo pudo más y lo animo para una temporada más e independiente del sueldo que pudo haber ganado en la pasada temporada y la liga en donde estaba jugando, solo importaba los colores que defendía.

Pasión a la camiseta en el exterior

Pero en el plano internacional también ocurren casos así, un ejemplo claro de esto es el defensa brasileño Dani Alves, quien esta temporada volvió a España a defender los colores de Fútbol Club Barcelona, en quizás, su crisis deportiva y financiera más dura de los últimos años, donde ya sin la leyenda del club, Lionel Messi quien emigró al PSG esta temporada, el defensa brasileño decidió volver para aportar con su experiencia y fútbol al equipo, y de forma gratuita.

Uno podría pensar ¿Qué le queda demostrar como futbolista? La respuesta es nada, no tiene que demostrar nada a nadie, porque tanto en su selección como en todos los equipos que ha defendido, a levantado copas, siendo el jugador mas ganador en la historia del fútbol con 43 títulos, además con su selección a levantado la Copa América y con la selección olímpica de futbol obtuvo la medalla de oro en los últimos juegos olímpicos realizados en Tokio, pero la identificación que logró el jugador con esos colores, todas las copas que levantó pero por sobretodo, el amor que le tienen en la ciudad, hicieron inclinar la balanza para el retorno del jugador a sus casi 40 años, demostrando que ni la edad ni el dinero pueden superar la pasión y el amor a la camiseta y mas cuando el equipo lo necesita, y Dani Alves nos muestra aquello con su ejemplo.

Sin embargo esta pasión y compromiso con la camiseta existen ejemplos insignes y no hace tanto tiempo, tenemos el caso del Italiano Francesco Totti, que desde su debut con la Roma y hasta el día de su retiro, toda su vida defendió al equipo de la loba, y más allá de los títulos que pudo conseguir y las múltiples opciones de los equipos mas poderosos del mundo cuando estuvo en su mejor momento en la década del 2000, el siempre pensó en su gente, su ciudad y su club y de la Roma no se movió jamás, mismo caso para el defensor Carles Puyol, quien al igual que su colega italiano, debutó y se retiró con la camiseta del Barcelona, en ambos casos, los dos se retiraron como capitanes e ídolos máximos de sus respectivos clubes.

De esta forma podemos entender que el fútbol, como toda profesión el primer fin es poder vivir de ella y surgir, pero también el balompié tiene ese componente especial, la pasión de su hinchada, obtener la gloria con tu club ganando títulos, pero en una era de esta disciplina donde la danza de millones entre los clubes muchas veces hace que los jugadores traicionen ese pacto inicial y se pasen al clásico rival, o simplemente el compromiso pase a segundo plano cuando los ceros son muchos a fin de mes, sin embargo, los ejemplos que hemos visto tanto del medio local como internacional, nos demuestran que aún queda romanticismo y pasión en este deporte, donde lo más sagrado para el jugador es el deber y amor por los colores, porque finalmente lo que mueve al fútbol, sus jugadores y sus aficionados, es eso, la pasión, y aquello, no puede ni debe perderse jamás.

Fuente: pasiondehincha.cl

Angel Guerrero

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