Trotamundos inagotable
Ninoska Lecaros (32 años) le ha dedicado gran parte de su vida al fútbol. Este interés siempre
ha estado ligado a su amor por la actividad física, algo que – según relata- nació de forma
espontánea, porque nadie de su familia está ligado a algo similar.
O sea, la motivación corrió por cuenta propia, pero no es la única estimulación, porque hay
algo en la naturaleza que la llama, una especie de incentivo al cual quiere dedicarle más
tiempo una vez finalizada su carrera, algo que si bien no está cerca, nunca está de más
repasar.
Con estudios en Técnico Deportivo en el Instituto AIEP de Curicó, por ahora su objetivo es
seguir ligada 100% al fútbol, un camino que no ha sido fácil y que no ha estado exento a
esfuerzos personales, porque ha debido convertirse en una especie de trotamundos, en una
vida nómade que la ha llevado a militar en varios equipos del país, recogiendo experiencias y
haciendo amigos(as) por doquier.
Aquella carrera que comenzó en 2007 cuando arribó a Curicó Unido, institución en la cual que
pudo darse cuenta de las precariedades de un fútbol femenino aún en pañales. Es más, según
relata, los recursos estaban orientados mayormente al equipo profesional. “No teníamos
apoyo, de hecho, teníamos que hacer rifas para costear un montón de cosas. La indumentaria
que nos pasaban era la de los hombres y nos quedaba flotando”, recuerda, aunque lejos de
míralo con nostalgia, valora por los avances que se han conseguido en el último tiempo en una
lucha por igualdad de condiciones, donde los contratos profesionales a las mujeres bajo
imposición de la ANFP, “ha sido un gran avance”, dice.
Su rica trayectoria deportiva, la han convertido de una trotamundos incansable, un recorrido
ambulante con pasos por Deportes Temuco (en dos períodos), Cobresal, Rangers de Talca,
Everton y Fernández Vial, además de Universidad Católica, equipo donde actualmente se
encuentra en el postoperatorio tras sufrir un corte de ligamento cruzado, en un compromiso
diputado ante Everton el 17 de marzo (fue operada el 10 de abril). “Estoy en la última etapa
para volver al 100%”, afirma.
Sobre su día a día, Lecaros reside en la comuna de Macul (Región Metropolitana) donde debe
trasladarse largas distancias para ir a entrenar a San Carlos de Apoquindo, comuna de Las
Condes, viaje que antes hacía en micro y metro, lo que tardaba una hora de ida y otra de
vuelta. Pero hoy, gracias a su esfuerzo, logró adquirir un vehículo, por lo que el trayecto es
más cómodo. “Tenía que levantarme a las 5 de la mañana para llegar a tiempo, hoy es
diferente”.
Si bien reconoce que vivir en Santiago es una vida ajetreada y mucho más cara, sostiene que
ha sido en su estadía en el sur, específicamente en Concepción, donde se ha sentido más
cómoda. “Es una especie de Santiago, pero más chico. Tienes todo más cerca, las playas, los
parques. Además es más lindo”, afirma.
En este sentido, señala querer volver a estar tierras. “Me encantaría vivir ahí”, añade.
Sobre su futuro, por más que se pueda pensar que le gustaría seguir ligada al fútbol, sostiene
que lo haría, pero en la preparación de arqueros. “Hay un profe que me contagió eso, se llama
Gonzalo Smith. Es seco el tipo y no sé, tenía algo de su forma de trabajar que me encantó. Algo
provocó en mí, para querer experimentar en ese trabajo técnico y ser parte de aquello con las
jugadoras”, revela.
Pero eso no es todo, porque también figura dentro de sus planes continuar una vida ligada al
turismo, específicamente en las Torres del Paine. “Un amigo me ofreció esa alternativa de ser
guía turístico. Te pagan todo, la verdad lo estoy pensando”.
Con todo esto, si bien Ninoska está viviendo el sueño de representar a un equipo grande en el
fútbol profesional femenino, cree firmemente que esta es una primera etapa. Una vez que
finalice, se abrirán otras puertas, en una vida rica en experiencias que recién comienza y quien
sabe, lo que el futuro le pueda deparar.