Fue multicampeón amateur, debutó a los 32 años en el Ascenso y anuló a Paredes
Sebastián Navarro ganó cerca de 10 títulos regionales en el Fútbol Amateur, pero nunca había buscado la chance de llegar al fútbol profesional. Hoy juega en Santa Cruz.
La historia de Sebastián Navarro es sencillamente increíble y vale la pena contarla. Con 32 años, el zaguero de Deportes Santa Cruz jugó su primer partido profesional como titular nada más y nada menos ante Coquimbo Unido. Aquel duelo lo enfrentó con Esteban Paredes, el máximo goleador de la Primera División del país. Lo anuló y fue esencial para que su equipo rescatara un empate sin goles el pasado 23 de septiembre. Antes, había entrado a los 90+5′ en un encuentro jugado en abril.
“Fue un partido bonito, no creí que se me iba a dar y se me dio justo marcar a Paredes. Es algo que a cualquier jugador le gustaría hacer. Desde que supe que me tocaba jugar, estaba tranquilo, porque se me dio en un momento donde estoy muy maduro y ya habiendo jugado harto. Lo disfruté, como todo este tiempo. He tenido mala suerte por algunas lesiones, pero estoy muy contento. Compartir también una cancha con (Rodrigo) Millar y (Carlos) Carmona, jugadores mundialistas, fue rico. Nos tocó defendernos, por lo que había más pega”, dice Navarro en charla con AS Chile.
La carrera de Navarro es atípica, fuera de lo común. Hizo cadetes en Curicó Unido y fue citado por Luis Marcoleta en varios de los partidos del Torneo 2008 en el que su equipo ascendió a Primera. Pero no jugó y luego, junto a varios juveniles, se fueron del club. Y ese fue su último acercamiento con el profesionalismo hasta… 13 años después. ¿Qué pasó entremedio?
“Volví a Hualañé y me puse a trabajar en un holding en Talca. Construcción, ferretería, arriendo de maquinarias, trabajaba en el área de ventas”, recuerda.
¿Y el fútbol lo dejó?
– No. En 2010, me invitaron a jugar a Tercera B en un equipo de Curicó. Peleamos el ascenso contra Rengo. Juan ‘Candonga’ Carreño andaba viendo jugar a Julio Torreblanca, sparring de la Selección. Lo marqué súper bien, pero por un tema de papeles nos bajaron. ‘Candonga’ me vio jugar y al año siguiente fui a Colchagua. En 2012, compartí camarín con Gabriel Castellón, Juan Pablo Toro, entre otros. Me fracturé el cuarto metatarsiano y dejé de buscar la oportunidad.
– ¿Y qué hizo después?
– En 2013 me puse a estudiar para ser preparador físico. Seguí entrenando siempre y comencé a jugar campeonatos comunales y regionales. Con la Selección de Río Claro fuimos campeones regionales. Después fui a Talca para jugar en la Villa San Agustín, donde fuimos campeones nacionales en Molina.
– ¿Tuvo chance de volver al profesionalismo antes de Santa Cruz?
– Carlos Bechtholdt, gerente deportivo de Curicó, me quería llevar al club, pero me ofrecían un precontrato. Yo iba a ser papá en ese momento y necesitaba algo más estable. De ahí no seguí buscando la chance.
– ¿Y cómo se da la oportunidad de hacerlo a los 32 años?
– Por un caballero en la Viña Los Vascos y uno de los dirigentes de Santa Cruz trabaja allí como gerente. Por ahí me consiguieron una prueba. Me preparé, fui y jugamos contra Palestino. Antes, eso sí, fui a jugar a Teno y fuimos campeones, después me llamaron para El Cóndor de Pichidegua para jugar una final. Había fichado para ellos en agosto del año pasado y como no hubo fútbol amateur, no jugué, pero seguí entrenando. Esa es una de las razones por las que estoy en Santa Cruz.
– ¿Qué le dijeron en Santa Cruz?
– Anduve bien y el ‘Profe’ me dijo: ‘¿por qué recién ahora?’. Y le respondí ‘porque nunca busqué la oportunidad antes’. Hicimos pretemporada, jugamos contra Rangers y así quedé. Me vieron jugar y desde ese momento soy uno más del plantel. Me citaron en gran parte de los partidos de la primera rueda cuando estuve bien. El proceso hasta llegar fue muy largo.
– ¿Se cuestionó no intentarlo antes?
– Sí. De hecho, varios compañeros me decían: ¿por qué no antes, hueón? (ríe). Siempre sobresalía en el amateurismo, pero nunca se me dio la chance y tampoco la busqué. Y me daba rabia eso, porque sabía que podía estar ahí, en el profesionalismo. Iba a la cancha a ver partidos profesionales y pensaba: ‘¿cómo cresta no estoy ahí? Ahora se me dio la chance y me la juego todos los días. El hincha de Deportes Santa Cruz es muy fiel al fútbol amateur, entonces me ubican de esos torneos. Me dan su apoyo. Quizás conocen de mi historia.
– Terminó cumpliendo un sueño que parecía frustrado…
– Siempre tuve esa espinita, por eso fui a la prueba al final. En muchos lados, cercanos, amigos y gente me decía ‘¿tú nunca jugaste fútbol profesional?’. Y se me dio en el momento menos esperado. Me saqué la espina y ahora pienso en grande. Yo no creo que sea un paso fugaz, quiero que me vean jugar. Voy a estar agradecido toda la vida al ‘profe’ (Osvaldo ‘Arica’ Hurtado), porque estaría en otra. Sería feliz, pero ahora soy más feliz. Mucha gente esperaba esto de mí hace mucho tiempo.
– ¿Siente que es el rostro de los jugadores del fútbol amateur que no pudieron llegar al profesionalismo?
– No, no. Creo que hay muchísimos jugadores buenos, que hicieron cadetes, que tenían contratos con Nike a los 15 años y se fueron perdiendo y se quedaron en el barrio. La constancia y entrenar fue una de las grandes razones para estar dónde estoy.
– ¿Y qué es lo que sueña ahora?
– Queremos pelear hasta el último. Queremos subir y si no se da, ir a la liguilla a pelear ese cupo. Enfocado netamente en entrenar y cuidándome. La idea es seguir jugando, no quiero bajar de categoría, pero estoy enfocado con mis compañeros en subir. Si se da bien, y si no, seguiré luchando hasta que no se pueda más.
– ¿Cuáles son sus referentes?
– Sergio Ramos, Thiago Silva, Marquinhos y Virgil Van Dijk. Son unos jugadorazos.
Multicampeón amateur
Sebastián Navarro no recuerda exactamente cuántos torneos amateur ganó en su paso por ese fútbol. “He ganado ocho o nueve regionales”, dice, y agrega. “También un campeonato nacional, además de haber perdido dos finales. Ganamos como cinco años seguidos el Regional y después volví a Hualañé y también fuimos campeones”, ríe.
“En el barrio siempre estuve en equipos buenos. Teníamos jugadores reconocidos a nivel nacional en el amateurismo. En 2013 estuve con Patricio Rioseco, uno de los mejores jugadores de Chile a nivel amateur. En Talca estuve con Paulo Obando, que jugó en Rangers, Curicó, Iberia. Pablo Arcos, que ganó todo. Adolfo Núñez, Jaime Torres, que jugó en Ñublense… mi hermano que era buenísimo…”, indica.
“En el fútbol amateur siempre hay muy buenos jugadores, pero los que marcan la diferencia son los que entrenan. Yo nunca dejé de entrenar y andaba bien”, cierra.
Fuente: aschile.com